domingo, 10 de febrero de 2013

CULTURA MAPUCHE NO EXISTE


            
¿MULTICULTUTULARIDAD?

SOBRE LA CULTURA MAPUCHE

La ley no ha definido que debe entenderse por cultura. Intentamos una definición para los efectos de este análisis: Cultura es el conjunto de valores, hábitos, costumbres, lenguaje, creencias  y tradiciones  que se viven en forma permanente, espontánea y generalizada en un grupo humano determinado, que se transmiten generacionalmente y cuyos cambios se producen en la evolución propia del grupo.

Se suele decir que uno de los fundamentos para las reivindicaciones indígenas es la mantención de la cultura mapuche.
La ley 19.253 en su Art. 1.- “El Estado reconoce que los indígenas de Chile son los descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio nacional desde tiempos precolombinos, que conservan manifestaciones étnicas y culturales propias siendo para ellos la tierra el fundamento principal de su existencia y cultura.”

Luego agrega:
Párrafo 3 De las Culturas Indígenas
<<Art. 7. El Estado reconoce el derecho de los indígenas a mantener y desarrollar sus propias manifestaciones culturales, en todo lo que no se oponga a la moral, a las buenas costumbres y al orden público.
El Estado tiene el deber de promover las culturas indígenas, las que forman parte del patrimonio de la Nación chilena…>>
Es necesario definir cual es el universo al que se refiere la cultura mapuche.
Según las cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Chile actualmente tiene (2002) 15.050.341 habitantes En el Censo de 1992, la población total del país alcanzó a 13.348.401, lo que representa que en 10 años el número de habitantes creció en 1.701.940 persona. El total de mapuches es de 604,349,  un 4.6% de la población total del país. (Se me ha informado que la cantidad de indígenas ha aumentado sustancialmente en el último censo, fuera de toda coherencia estadística)

Distribución de la Población Indígena en Chile por región


Región de la Araucanía.
        De acuerdo a los datos censales, es en la Región de la Araucanía donde se concentra la mayor cantidad de indígenas en Chile, 204.125 personas, cifra que representa el 29,6 % de la población indígena total del país y el 23,% de la población total regional. De esta cifra se desprende que el total nacional de mapuches es de 604 mil 349 personas, lo que significa el 87,3 % de la población total indígena nacional.

Región Metropolitana.
La Región Metropolitana,  de los 6.045.192 habitantes de la RM, 191.362 personas declaran pertenecer a un grupo étnico, lo que equivale a un 3,2 % de la población de la región.


Región de Los Lagos. 
         Es la tercera región en el país que acoge mayor cantidad de indígenas   que en su gran mayoría son mapuches. En ella viven 1.066.310 personas; 101 mil 733 se declaran indígenas lo que equivale al 9,5 %. O sea, los indígenas de la Décima Región son el 14, 7 % del total de indígenas en el país.


Región del Bío Bío 
         En la Octava Región del país vive 1.859.546 personas. De ellas se declara indígena, el 2,9 % de la población, lo que equivale a 54.078 personas, sumando el 7,8 % del total indígena por región, representando el cuarto lugar en concentración indígena nacional por región.

 Estos datos acotan la incidencia de los  mapuches a que nos referimos en este artículo. Con esto no se pretende una mirada despectiva sobre los mapuches, sino tener conciencia de la real dimensión del tema que analizamos.
¿Cómo podemos evaluar la “cultura mapuche” como vigente en el día de hoy, y no como un proyecto voluntarista de inventar una cultura con vigencia? (Ministro Lavín: los chilenos debemos “mapuchenizarnos”)
En general se destacan por los autores dos grandes conceptos que distinguirían a la cultura mapuche y le otorgarían su identidad única y propia: su vinculación con la tierra y su lengua común. Ya Rodrigo de Bibar, cronista de Don Pedro de Valdivia, destacaba como elemento unificador y diferenciador  la lengua común de los indígenas de estas tierras. Así se ha sostenido desde entonces hasta los más modernos autores. 
Respecto de la vinculación con la tierra como elemento diferenciador, es difícil sostener esta característica como única y diferenciadota de un pueblo dado que en la generalidad de los pueblos primitivos se da, de un a forma u otra, esta característica. Para unos será la diosa tierra, para los bosquimanos de África serán los bosques de la tierra, para los pueblos andinos será la  pacha mama, para los aborígenes australianos es su territorio ancestral.
En el desarrollo de los poblamientos humanos desde los grupos de  cazadores, recolectores a agricultores elementales luego, en etapas más avanzadas, el proceso tiende a desligarse de este “aferrarse a la tierra” centrando las caracterizaciones  en elementos cada vez más intangibles y complejos hasta llegar a la globalización que estamos comenzando a vivir.

El lenguaje, en cambio es una característica que se puede considerar como sumamente válida para la identidad cultural única y diferente, por lo tanto utilizable para caracterizar una cultura. No es suficiente, sin embargo para caracterizar en forma absoluta una cultura.
Los hábitos y costumbres vividos  en forma permanente, espontánea, generalizada y cuyo desarrollo es armónico y común al grupo, son determinantes para la diferenciación con otras culturas. 
Estimamos interesante incluir los dos cuadros siguientes, publicados en la revista del Centro de Estudios Públicos (Ver pie de página),  para respaldar las afirmaciones que siguen: 

Grupos de intensidad
De pertenencia          Porcentaje
  Alta intensidad            19,6%          
Media intensidad           31,7%           
Baja intensidad              48,8%          
Total                              100%             

Alta intensidad:      118.492
Media intensidad:   191.578
Baja intensidad:      295.017


Es, por decir lo menos, aventurado decir que existe una “cultura mapuche”.

LO RELIGIOSO.

En el estudio lo religioso se ha medido  por la participación en las ceremonias propias de las costumbres mapuches, todas con connotaciones religiosas.
La identificación religiosa de los mapuches no tiene un sesgo étnico como habitualmente se cree: los mapuches tienden a compartir la identidad religiosa de la población no mapuche de su misma condición.
El grupo de alta intensidad (el  20% de los casos) practica con mayor frecuencia las costumbres mapuche.
En el grupo de intensidad media, que representa casi un tercio de la muestra, la mayoría practica esporádicamente las costumbres y casi un 30% no lo hace nunca.
        El grupo de baja intensidad de pertenencia, que cubre prácticamente la mitad de la muestra y que, si bien se auto reconoce como mapuche, en su mayoría no practica las costumbres mapuche,.
Los tres grupos de intensidad de pertenencia atribuyen mayor relevancia a rasgos como el uso de la lengua, los apellidos, el conocimiento de la historia del pueblo mapuche o vivir en tierras mapuche que a la práctica de las costumbres. Aunque no siempre están presentes, se consideran elementos constituyentes de su cultura, que les dan un valor más bien simbólico y permanecen como parte del imaginario mapuche. No ocurre igual con otros atributos que tienen que ver directamente con la práctica de costumbres pues la participación en ceremonias mapuche, los ritos matrimoniales, la vestimenta o ir donde la machi no son considerados de gran importancia para la conservación de la cultura.
El sentimiento de pertenencia de los mapuche a su cultura va más allá de las prácticas mismas y que la pertenencia a la cultura mapuche coexiste con la pertenencia a una sociedad nacional mayor
Otro aspecto de la mayor importancia es la pertenencia de los encuestados es que 50% pertenecen a la Iglesia  católica y un 35% a religiones evangélicas, esto es, el 85% viven lo valores que nacen del cristianismo.

LA TIERRA.

La tierra como el asiento fundamental de la identidad mapuche. Después de la lengua (51%), “vivir del trabajo de la tierra” es el segundo elemento que los mapuches consideran más importante para mantener su cultura (32%),
La tierra es la modalidad de reparación preferida, sobre todo por los mapuches urbanos (59%) que se ubican por arriba de los mapuches rurales en este aspecto (39%). 
Acerca de la capacidad de mantener la cultura mapuche en el medio urbano: 76% de los mapuches considera que quienes viven en la ciudad pierden su contacto con la cultura mapuche. La urbanización es vista como una amenaza cultural de primer orden justamente por su impacto sobre la lengua y sobre todo por la pérdida de contacto con la tierra.
La identidad étnica mapuche parece estar recluida en la tierra que se constituye en soporte material de la economía mapuche, pero sobre todo en el fundamento simbólico de una comunidad que por otra parte se desvanece totalmente.
El 89% de los mapuches considera que las tierras deben ser de las personas y sus familias como ha sido la costumbre
Mucho de lo que se llama el problema mapuche proviene del desbalance entre la inviabilidad económica de la tierra indígena y la exacerbación de su valor cultural. El minifundio alberga esta contradicción interna: su valor económico no se compadece con su valor simbólico. Las dificultades de afirmar una identidad al margen de la tierra no auguran sino una profundización de este desajuste
Los datos indican que identidad étnica no va en desmedro del sentido de pertenencia nacional, lo que puede ser una prueba de que la afirmación étnica de la tierra no tiene un alcance territorial.

INTEGRACIÓN

El 73% de los mapuches dice sentirse plenamente integrados al país (apenas 3% marca nada integrado) y esta proporción es la misma en área rural y urbana. Este sentimiento de integración es algo menor entre quienes se identifican como mapuches a secas (identificación étnica) aunque sólo en la ciudad: en el área rural el sentimiento de integración nacional es tanto o más alto entre quienes se declaran abiertamente mapuches.
Los datos que proporciona la encuesta acerca de la exigencia de autonomía nos muestran que el 80% de los mapuches considera que las comunidades indígenas “deberían integrarse más al país”, mientras que solamente un 18% considera que “deberían tener más autonomía del resto de Chile”
Los mapuches, además de reconocerse como miembros de su pueblo original, también se reconocen como parte de una identidad mayor que podría identificarse como nacional. En este sentido los mapuches compartirían con el resto de los chilenos, o con distintos grupos de ellos, lugares de residencia, estilos de vida, escuelas donde asisten sus hijos, puestos de trabajo, entre otras cosas, lo que indica que no se diferencian mayormente de otros grupos del país y que presentan necesidades y expectativas similares.
Se percibe en las distintas declaraciones y posturas de los mapuche un sentimiento de integración a una identidad común a otros grupos sociales, en coexistencia con la pertenencia y la conservación de su cultura. De hecho, al consultar a los mapuches qué tan integrados se sienten a Chile, un alto porcentaje dice sentirse plenamente integrado,
La opinión respecto a la autonomía o a la integración de las comunidades mapuche al resto de Chile, es que, cerca de un 80%, afirma que las comunidades debieran integrarse más. De esta manera, se refuerza la idea de que existe en el imaginario mapuche un anhelo de integración a la sociedad mayor, aun cuando se reconozca la pertenencia a una cultura en particular y se mantenga con fuerza la identidad étnica que los constituye.
A este respecto es clara la situación de integración que existe en la sociedad chilena, a la pregunta “¿Se siente Ud. Mapuche, chileno o mapuche chileno?” el resultado es bastante categórico:
a) En el grupo de alta intensidad 72% se siente chileno.
b) En el grupo de media intensidad el 51% se siente chileno, un 48% se siente mapuche y chileno.
c) En el grupo de baja intensidad el 80% se siente mapuche y chileno.

LA LENGUA

Son muy pocos los que hablan o, al menos, entienden el mapudungun, especialmente en los grupos de intensidad de pertenencia media y baja, llama la atención que más de la mitad de la muestra en los tres grupos de intensidad de pertenencia consideran que la enseñanza del mapudungun debiera ser obligatoria para los niños mapuche, como indica el Gráfico Nº 3.
Respecto del idioma que se habla habitualmente con los niños pequeños en el lugar donde se vive, la mayoría contesta que en castellano, especialmente a medida que disminuye la intensidad de la pertenencia.,.
En el grupo de alta intensidad (el  20% de los casos) en que la mayoría habla la lengua mapuche y reconocen tener mucha sangre mapuche.
Según los datos analizados hay un conocimiento y uso menor de la lengua mapuche y, de hecho, un gran porcentaje no la habla ni la entiende, aunque la mayoría afirma tener mucha sangre mapuche.

SANGRE (linaje)

El resultado de la encuesta lleva concluir que todos los encuestados son mestizos, algunos reconocen un mayor porcentaje de sangre mapuche. El cuestionario propuso tres alternativas “mucha sangre mapuche”, “algo de sangre mapuche” y “nada de sangre mapuche”, lo que lleva a concluir que el total de la muestra es mestiza. ( Nota, el supuesto tiene una alta probabilidad de ser cierto dado el proceso de mestizaje ocurrido en Chile durante más de cinco siglos)
Aparentemente el supuesto, consciente o inconsciente, fue aceptar el mestizaje como un hecho, en base a este supuesto resulta que los encuestados de alta intensidad reconocen 99% de mucha sangre mapuche, en los de media intensidad un 88% y los de alta intensidad 33%.

En la alternativa algo de sangre mapuche los porcentajes son 2%, 12% y 64% respectivamente.
La alternativa “mucha sangre mapuche” representa el 63%.
La alternativa “algo de sangre mapuche” representa el 31%

Es decir el total de la muestra refleja un alto grado de mestizaje que,  representativa de una realidad etnológica que es coherente con la realidad histórica de  Chile.
Desde luego, los atributos propios de una cultura entendida como vivencia en forma permanente, espontánea y generalizada en un grupo humano determinado de dichos atributos, no se produce en los mapuches; en grupos cohesionados  de personas, 76% de los mapuches considera que quienes viven en la ciudad pierden su contacto con la cultura mapuche, (un 61% de los mapuches conforme a  la muestra está radicado en zonas urbanas) es decir hay una disgregación social, que se refleja en la falta de participación en las costumbre, la baja y, aún más, la nula capacidad para entenderse en un lenguaje común manifestada en los resultados de los estudios analizados, el uso del castellano en la relación con los hijos, el sentimiento de integración con a cultura chilena y su pertenencia a esta,
Si se entiende por cultura ciertas manifestaciones artesanales, muy del gusto de los “etnoturistas”, hay métodos menos trascendentes que una ley de la república para promoverlos.
Todo lo antes expuesto lleva a la conclusión, ineludible, de  afirmar que no existe en Chile una cultura mapuche vigente.
Del libro “Es Mapuche el Conflicto”

Tablas y gráficos:


 (La información contenida en esta entrada pertenece a los trabajos de don Ignacio Irarrázaval Ll. Director del Centro de Políticas Públicas UC. y María de los Ángeles Morandé, Socióloga y profesional del Centro de Políticas Públicas UC y de  don Eduardo Valenzuela, Director del Instituto de Sociología, UC. publicados en la revista del Centro de Estudios Públicos, Nº 105 del verano de 2007.)

Julio Bazán A
http://bit.ly/EsMapucheY


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