domingo, 20 de marzo de 2016

Propiedad privada, lo que viene.




Propiedad privada, lo que viene.

A raíz de al publicación en el diario El Mercurio en el día de hoy (cuerpo “C” página 2) y debido a que esta encíclica es  una de las bases doctrinarias de la Democracia Cristiana he estimado conveniente transcribir la parte pertinente contenida en mi libro “Lo Derroco el Pueblo”
jba

Quadragesimun Anno
En 1931 el Papa Pío XI publica su encíclica “Quadragesimo Anno”. El Pontífice profundiza lo expuesto por León XIII y se pronuncia sobre la propiedad haciendo ver que, respecto de su dominio, se puede caer en uno de dos extremos, el individualismo o el colectivismo. También se pronuncia sobre las remuneraciones y los contratos de trabajo, proponiendo que se aborde la relación laboral como una sociedad con los trabajadores y no como un mero contrato laboral.

Agrega Pío XI “Una parte del socialismo sufrió un cambio semejante al que indicábamos antes respecto a la economía capitalista, y dio en el comunismo. Enseña y pretende, no oculta y no disimula, sino clara y abiertamente, y por todos los medios, aun los más violentos, dos cosas: la lucha de clases encarnizada y la desaparición completa de la propiedad privada. Para lograr su ideal, nada hay a lo que no se atreva, ni nada que respete; y, una vez conseguido el poder, tan atroz e inhumano se manifiesta, que parece cosa increíble y monstruosa. Nos lo dicen las horrendas matanzas y ruinas con que ha devastado inmensas regiones de la Europa Oriental y Asia; y que es enemigo abierto de la Santa Iglesia y del mismo Dios, demasiado, por desgracia, demasiado nos los han probado los hechos y es de todos bien conocido.

Por eso juzgamos superfluo prevenir a los buenos y fieles hijos de la Iglesia contra el carácter impío e injusto del comunismo; pero no podemos menos de contemplar con profundo dolor la incuria de los que parecen despreciar estos inminentes peligros, y con cierta pasiva desidia permiten que se propaguen por todas partes doctrinas que destrozarán por la violencia y por la muerte toda la sociedad. Mayor condenación merece aún la negligencia de quienes descuidan la supresión o reforma del estado de cosas que llevan a los pueblos a la exasperación y con ello preparan el camino a la revolución y ruina de la sociedad”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario