Nación Multicultural.
Nota: ante las propuestas de “Chile
Vamos” para la discusión constitucional, teniendo en cuenta que se propone una
nación multicultural, y la ya legendaria ignorancia de nuestros políticos, me siento
con la obligación de publicar el artículo que sigue:
Disculpen lo extenso, pero
este tema es imposible tratarlo conj superficialidad, en todo caso, Ud. es libre
de informarse o de no hacerlo.
Jba
¿MULTICULTUTULARIDAD?
SOBRE LA CULTURA MAPUCHE
La ley no ha definido que
debe entenderse por cultura. Intentamos una definición para los efectos de este
análisis: Cultura es el conjunto de
valores, hábitos, costumbres, lenguaje, creencias y tradiciones que se viven en forma
permanente, espontánea y generalizada en un grupo humano determinado, que se
transmiten generacionalmente y cuyos cambios se producen en la evolución propia
del grupo.
Se suele decir que uno de los
fundamentos para las reivindicaciones indígenas es la mantención de la cultura
mapuche.
La ley 19.253 en su Art. 1.- “El Estado reconoce que los indígenas de Chile son los
descendientes de las agrupaciones humanas que existen en el territorio nacional
desde tiempos precolombinos, que
conservan manifestaciones étnicas y culturales propias siendo para ellos la
tierra el fundamento principal de su existencia y cultura.”
Luego
agrega:
Párrafo 3 De las
Culturas Indígenas
<<Art. 7. El Estado reconoce el derecho de los indígenas a mantener y
desarrollar sus propias manifestaciones culturales, en todo lo que no se oponga
a la moral, a las buenas costumbres y al orden público.
El Estado tiene el deber de promover las culturas indígenas, las que forman
parte del patrimonio de la Nación chilena…>>
Es necesario definir cual es el universo al que se refiere la cultura
mapuche.
Según
las cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) Chile
actualmente tiene (2002) 15.050.341 habitantes En el Censo de 1992, la
población total del país alcanzó a 13.348.401, lo que representa que en 10 años
el número de habitantes creció en 1.701.940 persona. El total de mapuches es de
604,349, un 4.6% de la población total
del país. (Se me ha informado que la cantidad de indígenas ha aumentado
sustancialmente en el último censo, fuera de toda coherencia estadística)
Distribución de la
Población Indígena en Chile por región
Región de la Araucanía.
De acuerdo a los datos censales, es en la Región de la Araucanía donde se concentra la mayor cantidad de indígenas en Chile, 204.125 personas, cifra que representa el 29,6 % de la población indígena total del país y el 23,% de la población total regional. De esta cifra se desprende que el total nacional de mapuches es de 604 mil 349 personas, lo que significa el 87,3 % de la población total indígena nacional.
De acuerdo a los datos censales, es en la Región de la Araucanía donde se concentra la mayor cantidad de indígenas en Chile, 204.125 personas, cifra que representa el 29,6 % de la población indígena total del país y el 23,% de la población total regional. De esta cifra se desprende que el total nacional de mapuches es de 604 mil 349 personas, lo que significa el 87,3 % de la población total indígena nacional.
Región Metropolitana.
La Región Metropolitana, de los 6.045.192 habitantes de la RM, 191.362 personas declaran
pertenecer a un grupo étnico, lo que equivale a un 3,2 % de la población de la
región.
Región de Los Lagos.
Es la tercera región en el país que acoge mayor cantidad de indígenas que en su gran mayoría son mapuches. En ella viven 1.066.310 personas; 101 mil 733 se declaran indígenas lo que equivale al 9,5 %. O sea, los indígenas de la Décima Región son el 14, 7 % del total de indígenas en el país.
Es la tercera región en el país que acoge mayor cantidad de indígenas que en su gran mayoría son mapuches. En ella viven 1.066.310 personas; 101 mil 733 se declaran indígenas lo que equivale al 9,5 %. O sea, los indígenas de la Décima Región son el 14, 7 % del total de indígenas en el país.
Región del Bío Bío
En la Octava Región del país vive 1.859.546 personas. De ellas se declara indígena, el 2,9 % de la población, lo que equivale a 54.078 personas, sumando el 7,8 % del total indígena por región, representando el cuarto lugar en concentración indígena nacional por región.
En la Octava Región del país vive 1.859.546 personas. De ellas se declara indígena, el 2,9 % de la población, lo que equivale a 54.078 personas, sumando el 7,8 % del total indígena por región, representando el cuarto lugar en concentración indígena nacional por región.
Estos datos acotan la incidencia de los mapuches a que nos referimos en este artículo.
Con esto no se pretende una mirada despectiva sobre los mapuches, sino tener
conciencia de la real dimensión del tema que analizamos.
¿Cómo podemos
evaluar la “cultura mapuche” como vigente en el día de hoy, y no como un
proyecto voluntarista de inventar una cultura con vigencia? (Ministro Lavín:
los chilenos debemos “mapuchenizarnos”)
En general se
destacan por los autores dos grandes conceptos que distinguirían a la cultura
mapuche y le otorgarían su identidad única y propia: su vinculación con la
tierra y su lengua común. Ya Rodrigo de Bibar, cronista de Don Pedro de
Valdivia, destacaba como elemento unificador y diferenciador la lengua común de los indígenas de estas
tierras. Así se ha sostenido desde entonces hasta los más modernos autores.
Respecto de la
vinculación con la tierra como elemento diferenciador, es difícil sostener esta
característica como única y diferenciadota de un pueblo dado que en la
generalidad de los pueblos primitivos se da, de un a forma u otra, esta
característica. Para unos será la diosa tierra, para los bosquimanos de África
serán los bosques de la tierra, para los pueblos andinos será la pacha mama, para los aborígenes australianos
es su territorio ancestral.
En el desarrollo
de los poblamientos humanos desde los grupos de
cazadores, recolectores a agricultores elementales luego, en etapas más
avanzadas, el proceso tiende a desligarse de este “aferrarse a la tierra”
centrando las caracterizaciones en
elementos cada vez más intangibles y complejos hasta llegar a la globalización
que estamos comenzando a vivir.
El lenguaje, en
cambio es una característica que se puede considerar como sumamente válida para
la identidad cultural única y diferente, por lo tanto utilizable para
caracterizar una cultura. No es suficiente, sin embargo para caracterizar en
forma absoluta una cultura.
Los hábitos y
costumbres vividos en forma permanente,
espontánea, generalizada y cuyo desarrollo es armónico y común al grupo, son
determinantes para la diferenciación con otras culturas.
Estimamos
interesante incluir los dos cuadros siguientes, publicados en la revista del
Centro de Estudios Públicos (Ver pie de página), para respaldar las afirmaciones que
siguen:
Grupos de intensidad
De pertenencia
Porcentaje
|
Alta intensidad 19,6%
|
Media intensidad 31,7%
|
Baja intensidad
48,8%
|
Total
100%
|
Alta intensidad: 118.492
Media intensidad: 191.578
Baja intensidad: 295.017
Es, por decir lo menos, aventurado
decir que existe una “cultura mapuche”.
LO RELIGIOSO.
En el estudio lo religioso se ha medido por la participación en las ceremonias
propias de las costumbres mapuches, todas con connotaciones religiosas.
La identificación religiosa de los mapuches no tiene un
sesgo étnico como habitualmente se cree: los mapuches tienden a compartir la
identidad religiosa de la población no mapuche de su misma condición.
El grupo de alta
intensidad (el 20% de los casos)
practica con mayor frecuencia las costumbres mapuche.
En el grupo de intensidad media, que representa casi un tercio de la
muestra, la mayoría practica esporádicamente las costumbres y casi un 30% no lo
hace nunca.
El grupo de baja intensidad de
pertenencia, que cubre prácticamente la mitad de la muestra y que, si bien se
auto reconoce como mapuche, en su mayoría no practica las costumbres mapuche,.
Los tres grupos de
intensidad de pertenencia atribuyen mayor relevancia a rasgos como el uso de la
lengua, los apellidos, el conocimiento de la historia del pueblo mapuche o
vivir en tierras mapuche que a la práctica de las costumbres. Aunque no siempre
están presentes, se consideran elementos constituyentes de su cultura, que les
dan un valor más bien simbólico y permanecen como parte del imaginario mapuche.
No ocurre igual con otros atributos que tienen que ver directamente con la
práctica de costumbres pues la participación en ceremonias mapuche, los ritos
matrimoniales, la vestimenta o ir donde la machi no son considerados de gran
importancia para la conservación de la cultura.
El sentimiento de pertenencia
de los mapuche a su cultura va más allá de las prácticas mismas y que la
pertenencia a la cultura mapuche coexiste con la pertenencia a una sociedad
nacional mayor
Otro aspecto de la mayor importancia es la pertenencia de
los encuestados es que 50% pertenecen a la Iglesia católica y un 35% a religiones evangélicas,
esto es, el 85% viven lo valores que nacen del cristianismo.
LA TIERRA.
La tierra como el asiento fundamental de la identidad
mapuche. Después de la lengua (51%), “vivir del trabajo de la tierra” es el
segundo elemento que los mapuches consideran más importante para mantener su
cultura (32%),
La
tierra es la modalidad de reparación preferida, sobre todo por los mapuches
urbanos (59%) que se ubican por arriba de los mapuches rurales en este aspecto
(39%).
Acerca de la capacidad de mantener la cultura mapuche en
el medio urbano: 76% de los mapuches considera que quienes viven en la ciudad
pierden su contacto con la cultura mapuche. La urbanización es vista como una
amenaza cultural de primer orden justamente por su impacto sobre la lengua y
sobre todo por la pérdida de contacto con la tierra.
La identidad étnica mapuche parece estar recluida en la
tierra que se constituye en soporte material de la economía mapuche, pero sobre
todo en el fundamento simbólico de una comunidad que por otra parte se
desvanece totalmente.
El 89% de los mapuches considera que las tierras deben
ser de las personas y sus familias como ha sido la costumbre
Mucho
de lo que se llama el problema mapuche proviene del desbalance entre la
inviabilidad económica de la tierra indígena y la exacerbación de su valor
cultural. El minifundio alberga esta contradicción interna: su valor económico
no se compadece con su valor simbólico. Las dificultades de afirmar una
identidad al margen de la tierra no auguran sino una profundización de este
desajuste
Los
datos indican que identidad étnica no va en desmedro del sentido de pertenencia
nacional, lo que puede ser una prueba de que la afirmación étnica de la tierra
no tiene un alcance territorial.
INTEGRACIÓN
El
73% de los mapuches dice sentirse plenamente integrados al país (apenas 3%
marca nada integrado) y esta proporción es la misma en área rural y urbana.
Este sentimiento de integración es algo menor entre quienes se identifican como
mapuches a secas (identificación étnica) aunque sólo en la ciudad: en el área
rural el sentimiento de integración nacional es tanto o más alto entre quienes
se declaran abiertamente mapuches.
Los
datos que proporciona la encuesta acerca de la exigencia de autonomía nos
muestran que el 80% de los mapuches considera que las comunidades indígenas
“deberían integrarse más al país”, mientras que solamente un 18% considera que
“deberían tener más autonomía del resto de Chile”
Los mapuches, además de reconocerse como miembros de su
pueblo original, también se reconocen como parte de una identidad mayor que
podría identificarse como nacional. En este sentido los mapuches compartirían
con el resto de los chilenos, o con distintos grupos de ellos, lugares de
residencia, estilos de vida, escuelas donde asisten sus hijos, puestos de
trabajo, entre otras cosas, lo que indica que no se diferencian mayormente de
otros grupos del país y que presentan necesidades y expectativas similares.
Se percibe en las distintas declaraciones y posturas de los mapuche un
sentimiento de integración a una identidad común a otros grupos sociales, en
coexistencia con la pertenencia y la conservación de su cultura. De hecho, al consultar
a los mapuches qué tan integrados se sienten a Chile, un alto porcentaje dice
sentirse plenamente integrado,
La opinión respecto a la
autonomía o a la integración de las comunidades mapuche al resto de Chile, es
que, cerca de un 80%, afirma que las comunidades debieran integrarse más. De
esta manera, se refuerza la idea de que existe en el imaginario mapuche un
anhelo de integración a la sociedad mayor, aun cuando se reconozca la
pertenencia a una cultura en particular y se mantenga con fuerza la identidad
étnica que los constituye.
A este respecto es clara la situación de integración que existe en la
sociedad chilena, a la pregunta “¿Se siente Ud. Mapuche, chileno o mapuche
chileno?” el resultado es bastante categórico:
a) En el grupo de alta intensidad 72% se siente chileno.
b) En el grupo de media intensidad el 51% se siente chileno, un 48% se
siente mapuche y chileno.
c) En el grupo de baja intensidad el 80% se siente mapuche y chileno.
LA LENGUA
Son muy pocos los
que hablan o, al menos, entienden el mapudungun, especialmente en los grupos de
intensidad de pertenencia media y baja, llama la atención que más de la mitad
de la muestra en los tres grupos de intensidad de pertenencia consideran que la
enseñanza del mapudungun debiera ser obligatoria para los niños mapuche, como
indica el Gráfico Nº 3.
Respecto del
idioma que se habla habitualmente con los niños pequeños en el lugar donde se
vive, la mayoría contesta que en castellano, especialmente a medida que
disminuye la intensidad de la pertenencia.,.
En el grupo de alta intensidad (el
20% de los casos) en que la mayoría habla la lengua mapuche y reconocen
tener mucha sangre mapuche.
Según los datos analizados
hay un conocimiento y uso menor de la lengua mapuche y, de hecho, un gran
porcentaje no la habla ni la entiende, aunque la mayoría afirma tener mucha
sangre mapuche.
SANGRE
(linaje)
El resultado de la encuesta
lleva concluir que todos los encuestados son mestizos, algunos reconocen un
mayor porcentaje de sangre mapuche. El cuestionario propuso tres alternativas
“mucha sangre mapuche”, “algo de sangre mapuche” y “nada de sangre mapuche”, lo
que lleva a concluir que el total de la muestra es mestiza. ( Nota, el supuesto
tiene una alta probabilidad de ser cierto dado el proceso de mestizaje ocurrido
en Chile durante más de cinco siglos)
Aparentemente el supuesto,
consciente o inconsciente, fue aceptar el mestizaje como un hecho, en base a
este supuesto resulta que los encuestados de alta intensidad reconocen 99% de
mucha sangre mapuche, en los de media intensidad un 88% y los de alta
intensidad 33%.
En la alternativa algo de
sangre mapuche los porcentajes son 2%, 12% y 64% respectivamente.
La alternativa “mucha sangre
mapuche” representa el 63%.
La alternativa “algo de
sangre mapuche” representa el 31%
Es decir el total de la
muestra refleja un alto grado de mestizaje que,
representativa de una realidad etnológica que es coherente con la
realidad histórica de Chile.
Desde luego, los atributos
propios de una cultura entendida como vivencia en forma permanente, espontánea
y generalizada en un grupo humano determinado de dichos atributos, no se
produce en los mapuches; en grupos cohesionados
de personas, 76% de los mapuches considera que quienes viven en la ciudad pierden su
contacto con la cultura mapuche, (un 61% de los mapuches conforme a la muestra está radicado en zonas urbanas) es
decir hay una disgregación social, que se refleja en la falta de participación
en las costumbre, la baja y, aún más, la nula capacidad para entenderse en un
lenguaje común manifestada en los resultados de los estudios analizados, el uso
del castellano en la relación con los hijos, el sentimiento de integración con
a cultura chilena y su pertenencia a esta,
Si se entiende por cultura ciertas manifestaciones artesanales,
muy del gusto de los “etnoturistas”, hay métodos menos trascendentes que una
ley de la república para promoverlos.
Todo lo antes expuesto lleva a la conclusión, ineludible,
de afirmar que no existe en Chile una
cultura mapuche vigente.
Del libro “Es Mapuche el Conflicto”
(La información contenida en esta entrada pertenece a los trabajos
de don Ignacio Irarrázaval Ll. Director del Centro de Políticas Públicas UC. y María de los
Ángeles Morandé, Socióloga
y profesional del Centro de Políticas Públicas UC y de don Eduardo Valenzuela, Director del Instituto de
Sociología, UC. publicados en la revista del Centro de Estudios Públicos, Nº 105 del
verano de 2007.)
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